Gracias, diario La Nación, por ayudarnos a que se conozca más sobre la historia del órgano de nuestro Colegio. Les compartimos un fragmento de la nota escrita por Mariano Chaluleu:
Con sus 3600 tubos, unos de madera y otros de metal, el órgano del Colegio Nacional de Buenos Aires es un verdadero gigante sonoro y uno de los símbolos más icónicos de nuestra institución. Un legado que, desde su llegada en 1928 gracias a la donación de Nicolás Avellaneda, ha acompañado a generaciones de estudiantes y exigido un cuidado constante para preservar su majestuosidad.
Pueden leer más sobre la historia de nuestra reliquia y el valioso trabajo de su organista, Leonardo Petroni, haciendo click aquí.