Publicado en El Colegio en los medios, el miércoles 30 de septiembre de 2015

Vera Jarach se levantó de la silla para correr del otro lado de las puertas. Se acercó a los fiscales como pudo, con su pañuelo blanco abrazado al cuerpo, eternamente marcado con el nombre de su hija Franca. Durante la audiencia, los alegatos acababan de dar por probado el secuestro de Franca Jarach, como parte de la caída colectiva del grupo de prensa de Montoneros. Dieron cuenta del testimonio “importantísimo” de Vera durante las audiencias de juicio. Y presentaron los datos de lo que ahora, finalmente, se da por probado: el trasladado de Franca en un vuelo de la muerte ocurrido entre julio y agosto de 1976. “El traslado consistió en aplicarles una inyección de pentotal para que personal que allí operaba los condujera al avión desde el cual fueron arrojados al mar, en los posteriormente denominados vuelos de la muerte –dijeron los fiscales–. Tales traslados culminaron con la muerte de las víctimas.” Entre ellas, Franca.

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